Los adventistas y la verdad
Actualmente, uno de los problemas más significativos en la Iglesia Adventista, es la cuestión del plagio. Específicamente se afirma, que Ellen White copió aproximadamente el 80% de lo que escribió, sin reconocer sus autores originales, pero atribuyendo sus escritos a la inspiración divina. Durante muchas décadas, la dirigencia ha estado enterada de estas acusaciones, y el Centro White ocultando información vital de investigadores legítimos. En 1982, Walter Rea, a la sazón pastor activo de la iglesia, publicó el libro “la mentira White”, donde él documentaba y explicaba ampliamente los resultados de sus investigaciones, sobre los plagios en los escritos de la Sra White. No obstante, la organización ha continuado publicando y vendiendo estos libros, sin dar a conocer a los lectores su real procedencia, convirtiéndose de esta manera en cómplices de la iniquidad cometida.
Hace unos años, la máxima dirigencia Adventista contrató abogados, para que examinaran la cuestión de si las actividades plagiarias de la Sra White, eran ilegales o no en ese tiempo. De esta manera, se admite indirectamente que ella sí copió grandes porciones de obras ajenas. Pero la iglesia estima, que no puede darse el lujo de reconocer esto, porque sus doctrinas distintivas descansan en las obras de Ellen White, y si ella cae, la iglesia también. Era necesario encontrar una alternativa, porque causaría demasiados trastornos admitir que la base misma de la iglesia era fraudulenta. Y por eso, los dirigentes trataron de efectuar un lavado. Si no podían afirmar que Ellen no había plagiado a gran escala, tenían que encontrar un modo de blanquear sus acciones, y “explicarlas” adecuadamente. En este proceso no tuvieron en cuenta, que lo que realmente estaba en juego no eran las leyes de los hombres, sino algo muy superior; la ley divina. En consecuencia, ha resultado un gran negocio que ha reportado miles de millones de dólares, la comercialización durante tantos años, de obras “maravillosas e inspiradas” que realmente no son tales, sino simples apropiaciones del trabajo literario e intelectual de otros. Veamos algunos casos:
Hace siete décadas, y cuatro años después de la muerte de Ellen White, la iglesia Adventista del Séptimo Día reunió a sus máximos dirigentes, teólogos, editores, y eruditos en un intento por tomar una decisión mutuamente aceptable sobre la validez del ministerio de Ellen White. Se reunieron en las oficinas centrales de la iglesia en Takoma Park, Washington D. C., durante una Conferencia Bíblica que habría de durar la mayor parte de julio y parte de agosto.
Más de cincuenta personas asistieron a esas reuniones. Esas personas incluían a: Arthur G. Daniells, Presidente de la Conferencia General; G. B. Thompson, Secretario de Campo de la Conferencia General; W. W. Prescott, Secretario de Campo de la Conferencia General; C. S. Longacre, Secretario de la Associación de Libertad Religiosa; F. M. Wilcox, Redactor de Review and Herald; M. C. Wilcox, Redactor de Libros de Pacific Press; H. C. Lacey, Profesor de Religión en el Foreign Mission Seminary; C. L. Taylor, Director del Departamento de Biblia del Canadian Junior Collage; J. N. Anderson, Profesor de Biblia del Washington Foreign Mission Seminary; y otros.
El 30 de julio y el 1 de agosto, las reuniones se enfocaron especialmente sobre Ellen White como "el Espíritu de Profecía". Según las minutas oficiales, once veces durante esos dos días se les pidió a los más importantes oficiales de la iglesia Adventista del Séptimo Día una decisión autorizada sobre la inspiración de ella -- y once veces evitaron esa decisión.
El carácter de esa discusión se percibe a través de los siguientes extractos breves:
"F. M. Wilcox: 'Creo que tenemos entre manos un asunto muy delicado, y me molestaría muchísimo que se influyera en el campo y en cualquiera de nuestras escuelas para que se descontaran los Testimonios (de Ellen White). Hay gran peligro de una reacción, y estoy realmente preocupado. He oído preguntas aquí que han dejado la impresión en mi mente de que, si se hacen las mismas preguntas en clase cuando regresemos a nuestras escuelas, vamos a tener serias dificultades. Creo que hay muchas preguntas que deberían ser retenidas y no discutidas. ... No creo necesario que contestemos cada una de las preguntas que se nos hagan. ... Creo que, si destruimos la fe en ellos (los Testimonios), vamos a destruir la fe en el fundamento mismo de nuestra obra. ... Y, a menos que estas preguntas puedan manejarse de la manera más diplomática, creo que vamos a tener serios problemas'.
"J. N. Anderson: '¿Podemos retener esas cosas y ser fieles a nosotros mismos? Además, ¿no corremos peligro al hacerlo? ¿Es correcto dejar que nuestro pueblo en general continúe siendo fiel a la inspiración verbal de los Testimonios? Cuando hacemos eso, ¿no estamos preparándonos para una crisis que será muy seria algún día?'
"M. E. Kern: 'La pregunta es, ... ¿cómo podemos pensar, y creer, y saber que hay inconsistencia aquí, -- algo que no está bien, -- y sin embargo creer que el Espíritu de Profecía (Ellen White) es inspirado? ... La cuestión es cómo presentar estas cuestiones a la gente´".
Esas eran las preguntas con las cuales luchaban los dirigentes Adventistas del Séptimo Día en 1919, sólo cuatro años después de la muerte de Ellen White. Reconocían claramente su dilema: ¿cómo admitir que Ellen White no era inspirada verbalmente -- cómo admitir que ella no era fiable en ninguna área -- y todavía preservar la fe de la gente en la iglesia, su organización, y sus doctrinas?. Por otro lado, como dirigentes que conocen estas cosas sobre Ellen White, ¿cómo podemos mantener nuestra propia integridad y continuar enseñando los antiguos mitos de los Adventistas del Séptimo Día?. Y si enseñamos los antiguos mitos sobre Ellen White, ¿no estamos preparando a la iglesia para una futura crisis cuando salga a luz la verdad?.
El Veredicto de los Dirigentes en 1919
Esos eran los puntos en disputa. ¿Cuál fue su veredicto? Se hizo muy evidente para los dirigentes Adventistas que la influencia de Ellen White sobre la membresía de la iglesia era demasiado fuerte, y las alternativas demasiado riesgosas para hacer cualquier declaración oficial repudiando el ministerio de ella.
Sin embargo, es útil mirar aquello sobre lo que los máximos dirigentes de la iglesia Adventista del Séptimo Día estuvieron de acuerdo extraoficialmente en relación con Ellen White durante la Conferencia Bíblica de 1919. Estuvieron de acuerdo sobre once puntos críticos relacionados con el ministerio de Ellen White. Veamos algunos de estos:
1. Ellen White no era inspirada verbalmente.
"A. G. Daniells: 'Yo asumo la posición de que los Testimonios no son inspirados verbalmente, y que fueron preparados por las secretarias y redactados para darles la correcta forma gramatical. ... Es inútil ponerse de pie y hablar de la inspiración verbal de los Testimonios, porque todo el que alguna vez haya visto hacer el trabajo sabe que no es así, y ¡que es mejor que lo descartemos!'.
"F. M. Wilcox: 'Por muchos años he sabido cómo se componían las obras de la Hermana White y cómo se compilaban sus libros. Nunca he creído en la inspiración verbal de los Testimonios'.
"G. B. Thompson: 'No son inspirados verbalmente, --- eso lo sabemos, --- ¿y para qué enseñar que lo son?'
2. Ellen White no era infalible como persona.
"A. G. Daniells: 'Ahora, acerca de la infalibilidad. ... Cuando se toma la posición de que ella no era infalible, y que sus escritos no son inspirados verbalmente, ¿no hay oportunidad para que se manifieste lo humano? ... ¿Y debemos sorprendernos?. Cuando sabemos que el instrumento era falible, y que las verdades generales, como ella dice, fueron reveladas, ¿no estamos preparados para ver errores?'
3. Ellen White no era infalible en sus interpretaciones de la Biblia.
"C. L. Taylor: 'Quisiera pedirle que discuta para nosotros el valor exegético de los Testimonios. ... ¿Podemos aceptar las explicaciones que ella da sobre las Escrituras? ¿Son confiables esas explicaciones?'
A. G. Daniells: 'Es posible que haya algunas dificultades con cuestiones muy críticas'.
4. Ellen White copió material de otros autores sin darles crédito, asegurando al mismo tiempo que era inspirada por Dios.
"A. G. Daniells: 'Ahora, ustedes saben algo sobre ese librito, (Sketches From) the Life of Paul [Bosquejos de la Vida de Pablo] (originalmente publicado en 1883). Conocen el problema en que nos metimos a causa de eso. Nunca pudimos reclamar inspiración para la totalidad del pensamiento y la preparación del libro porque fue hecho a un lado por lo mal que había sido compuesto. No se les dio crédito a las autoridades correspondientes, y algo de eso se coló en El Conflicto de los siglos (The Great Controversy). ... Supongo que todos ustedes saben acerca de eso y conocían las afirmaciones que se hacían contra ella, las acusaciones de plagio que se le hacían, hasta por los autores del libro, Conybeare y Howson, y que probablemente causarían dificultades a la denominación debido a lo mucho de su libro que había sido puesto en (Sketches From) the Life of Paul sin darles crédito y sin poner comillas. ... Yo lo encontré, y lo leí con el hermano Palmer cuando lo encontró, y conseguimos el libro de Conybeare y Howson, y History of the Reformation, de Wylie, y leímos palabra por palabra, página tras página, y no había comillas, ni créditos, y la verdad es que yo no supe la diferencia sino hasta que los comparé. ¡Supuse que era la obra de la hermana White! ... Allí vi la manifestación de lo humano en estos escritos. Por supuesto, yo podría haber dicho esto, y lo dije, que ojalá se hubiese tomado un rumbo diferente en la compilación de los libros. Si se hubiese tenido el debido cuidado, se habría evitado que mucha gente se descarriara. ... '
"W. W. Prescott: 'Yo no quiero acusar a nadie. Pero sí creo que se cometieron grandes errores de ese modo. ... Cuando hablé con W. C. White sobre esto ... me dijo con franqueza que, cuando sacaron El Conflicto de los siglos (The Great Controversy), si no encontraban nada en sus escritos sobre ciertos capítulos para hacer las conexiones históricas, tomaban otros libros, ... y usaban porciones de ellos. ...'
5. La inspiración divina de Ellen White es cuestionable.
"F. M. Wilcox: 'Me gustaría preguntarle, hermano Daniells, si podría aceptarse como una especie de regla que la hermana White podría estar errada en los detalles, pero que tenía autoridad sobre la política general y la enseñanza. ... Me parece que yo tendría que aceptar lo que ella dice de algunas de esas políticas generales o descartar toda la cuestión. O el Señor ha hablado por medio de ella, o Él no ha hablado por medio de ella; y si la cuestión es decidir en mi propia opinión si Él ha hablado o no, entonces yo considero los libros de ella de la misma manera que cualquier otro libro publicado. Creo que una cosa es que un hombre estultifique su conciencia, y otra muy distinta que estultifique su juicio. Una cosa es que yo haga a un lado mi conciencia, y otra que yo cambie mi juicio acerca de algunos puntos de vista que yo sostengo'.
A. G. Daniells: 'Nosotros no creamos ese problema. ¿O sí? Nosotros los de la Conferencia General no lo creamos, pues no hicimos la revisión. Nosotros no participamos en eso. No tuvimos nada en absoluto que ver con eso. Todo se hizo bajo la supervisión de ella. Si hay un problema aquí, lo creó ella, ¿no es así?'
6. Si los escritos de Ellen White tienen que ser corregidos, ¿cómo se puede afirmar que el resto de su obra fue inspirado?
"W. W. Prescott: 'He aquí mi problema. He examinado esto, El Conflicto de los Siglos (Great Controversy), y sugerido cambios que deberían hacerse para corregir afirmaciones. Estos cambios han sido aceptados. Mi problema personal es conservar la fe en aquellas cosas con las cuales no puedo tratar sobre esa base. ... Si corregimos aquí y allá, ¿cómo vamos a quedar en los otros lugares?'
7. Si la iglesia hubiera dicho la verdad sobre Ellen White, no tendría los problemas que tiene ahora.
"G. B. Thompson: ' Creo que estamos en este problema a causa de la errónea educación que ha tenido nuestro pueblo. Si hubiésemos enseñado la verdad siempre sobre este asunto, no tendríamos ningún problema ni disgusto en la denominación actualmente. ¡Pero tenemos el disgusto porque no hemos enseñado la verdad!'
Los borradores de la Conferencia Bíblica de 1919 bajo llave y candado!
Después de discutir cada uno de estos temas y llegar a un acuerdo extraoficial sobre ellos, el Presidente de la Conferencia General, A. G. Daniells, solicitó que los borradores oficiales de sus discusiones fueran puestos bajo llave por los siguientes cincuenta años. De esta manera, la mejor oportunidad para que los dirigentes de la iglesia comunicaran "la verdad" sobre Ellen White, había pasado.
Los registros oficiales de esa Conferencia Bíblica de 1919 fueron archivados hasta diciembre de 1974, cuando el Dr. Donald Yost los descubrió envueltos en papel en una bóveda en la Conferencia General. Los paquetes contenían aproximadamente 2.400 hojas mecanografiadas transcritas de las notas estenográficas oficiales tomadas en las reuniones.
Declaración oficial del Centro White
Declaraciones de Ellen White sobre su obra
Adventistas Y Testigos
Los adventistas, atacan a los testigos de Jehová, porque en base a Mateo 24:34, afirman: “Las Escrituras muestran claramente que la ‘generación’ que vio el principio de la presencia de Cristo (en 1914), también vería el ‘gran día de Jehová’ en el cual él ejecuta juicio contra todos los que practican la injusticia”. (Página 176, párrafo 2 del libro “Unidos”). Entonces, como esta declaración implica que esa generación de 1914 “no pasaría”, sin que se produjeran esos acontecimientos, ellos le achacan a los testigos sostener una doctrina falsa, porque aún no ha llegado “el fin” y no hay nadie vivo de esa generación.
Pero lo más extraño es, que en forma similar, los adventistas creen que la caída de las estrellas en 1833, el oscurecimiento del sol en 1780, y el terremoto de Lisboa en 1755, eran las señales precursoras de la Segunda Venida de Cristo. Entonces, también en base a Mateo 24:34, consideran que la “generación” que vio esas señales “no pasaría”, sin presenciar el inminente retorno del Señor; tal como lo afirma Ellen White, en el Deseado de Todas las Gentes, págs. 585 y 586: “Cristo declaró que al final de la gran persecución papal, el sol se obscurecería y la luna no daría su luz. Luego las estrellas caerían del cielo….Dice de aquellos que vean estas señales: No pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan”. ‘Estas señales han aparecido’…con seguridad que la venida del Señor está cercana”.
Luego, tomando como base esa afirmación de la Sra White, el Comentario Bíblico Adventista, también nos dice: “Cristo afirmó que las señales mencionadas en estos versículos, ocurrirían tan cerca del día de su venida que la generación que viera las últimas señales no moriría antes de ver que se cumplieran todas estas cosas, es decir, que verían no sólo las señales, sino también la venida de Cristo y el fin del mundo”.
Entonces, es evidente que los adventistas enfrentan actualmente un terrible dilema profético, porque esa generación que presenció las llamadas “señales del fin”, ya no existe. En consecuencia, estamos en presencia de una interpretación bíblica muy importante, claramente falsa; esto, a pesar de que supuestamente se trata de una declaración inspirada por el Espíritu Santo.
Pero lo más grave de este asunto, es que no se han tomado los correctivos de lugar, y estas “señales del fin” continúan enseñándose en las iglesias adventistas; aunque claro está, sin aludir a la “generación que no pasaría” , mencionada por Ellen White en sus escritos, con el evidente propósito de ocultar a la hermandad su claro error, y mantener así su pretendida infalibilidad y confiabilidad profética.
En una fallida defensa de Ellen white, algunos han señalado que ella no era teóloga, y que aquí está haciendo un simple comentario, que puede no estar exento de error. Pero, si examinamos detenidamente su categórica declaración, podemos ver que ella le atribuye a Cristo lo que está afirmando: “Cristo declaró….Dice de aquellos que vean estas señales: No pasará esta generación…”. Entonces, esto no es un simple comentario, aquí hay una afirmación contundente de ella, atribuyéndole esto a Jesucristo. ¿Puede alguien citar un profeta o apóstol, que hiciera algo semejante, poniendo en boca del Señor una falsedad?.
También, otros mencionan 1Tes. 4:15-17: "….nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor.…. y los muertos en Cristo…nosotros, los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes...". Luego, como este evento no se cumplió en vida de Pablo, entonces alegan: ¿es él un falso profeta?. Veamos:
-El hecho de que Pablo se incluyera en el grupo de los “vivos”, y a la vez hiciera lo mismo con los Tesalonicenses que recibieron esta carta, no puede indicar de ninguna manera, que el apóstol estaba asegurando que él y todos los demás estarían vivos para el regreso de Cristo. Lo primero que debemos tener en cuenta, es que Pablo no hizo una alusión personal, sino general: “…que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor…”; por lo tanto, es evidente que nadie en particular, al leer esto, podía tomarse el texto para sí mismo y aplicárselo. También, tenemos que considerar, que el objetivo específico de este pasaje, no era enfocar la proximidad o lejanía de la venida del Señor, sino el asunto de la resurrección de los muertos en Cristo. Leamos: “Tampoco queremos hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza…traerá Dios…a los que durmieron en él….no precederemos a los que durmieron…y los muertos en Cristo resucitarán primero…seremos arrebatados juntamente con ellos….Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”. Además, el mismo apóstol Pablo, por si acaso, se encargó de despejar cualquier duda al respecto. Veamos la segunda epístola a los propios Tesalonicenses, en el 2:1-5: “Pero con respecto a la venida de nuestro señor…que no os dejéis mover fácilmente…ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe…porque no vendrá sin que antes venga la apostasía..”
En resumen, resulta contraproducente e inútil, pretender disculpar los evidentes errores de la Sra White, con supuestas fallas de los profetas y escritores de la Biblia. Viendo todo esto, quizás sería bueno y sabio, atender lo que la palabra del Señor dice en Deuteronomio 18:22: “Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, es palabra que Jehová no ha hablado…no tengas temor de él”.