La oración de la mujer cananea

(MATEO 15:22-28; MARCOS 7:24-30)


Cuando la mujer cananea estaba angustiada y en necesidad, clamó: “¡Tenmisericordia de mí, Señor, Hijo de David!” (Mt. 15:22). ¿Fue sincera su oración?Ciertamente lo fue. Pero es sorprendente que el Señor “no le respondió palabra”(v. 23). Los discípulos parecen haber sentido lástima de ella, porque hablaron enfavor de ella: “Despídela, porque viene gritando detrás de nosotros” (v. 23). Pero El Señor les respondió: “No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (v. 24). La respuesta del Señor le dio a la mujer la llave paraacercarse. Ella vio que el Hijo de David solamente se relacionaba con la casa deIsrael, no con los gentiles. Así que ella vino y le adoró, diciendo: “¡Señor,socórreme!” (v. 25). Ella lo llamó “Señor”, y no “Hijo de David”. Ella comprendióque sólo los Hijos de Israel tenían derecho a usar este título; así que ellaabandonó la base equivocada sobre la cual estaba, y dirigió su oraciónrefiriéndose a El como “Señor”. Esta oración provocó Su respuesta: “No estábien tomar del pan de los hijos, y echarlo a los perrillos” (v. 26). Aparentemente su respuesta fue muy fría; era como si el Señor la estuviera rechazando y humillando. En realidad, El estaba tratándole de mostrar dónde se hallaba ella para que finalmente pudiera conocer el significado de la gracia. La mujer vio suposición; ella pudo ver al Señor y también Su gracia y, aferrándose de la llave dela oración, dijo: “Sí, Señor; también los perrillos comen de las migajas que caende la mesa de sus amos” (v. 27). Esto hizo que el Señor la elogiara, diciéndole:“¡Oh, mujer, grande es tu fe!” (v. 28). Ella había encontrado la clave de la oración, y espontáneamente expresó fe. En Marcos 7 el Señor dijo: “Por estapalabra, ve; el demonio ha salido de tu hija” (v. 29). La oración obtuvo respuesta“por esta palabra”. Su palabra tocó la llave de la oración. Debemos aprender deeste caso. Aunque oramos con frecuencia, nuestras oraciones se pierden comouna piedra que se lanza al océano; desaparece sin ninguna respuesta de partede Dios. No hemos hallado la llave correcta para abrir la puerta; sin embargo, tampoco tratamos de descubrir la razón por la cual Dios no responde nuestraoración. Hermanos y hermanas, ¿cómo podemos esperar que Dios respondaunas oraciones tan insensatas? En todas nuestras oraciones debemos primeroencontrar la llave; solamente cuando hagamos esto podremos esperar obtener respuestas de Dios.

Una vez examinados estos casos relacionados con la oración, tengamos enmente que a medida que oramos, debemos prestar atención a la voz interior yaprender a no ser gobernados por las circunstancias, los pensamientos ni losafectos. Cuando escuchemos esa suave y tierna voz interior que nos dice queoremos, cuando en lo profundo de nuestro ser tenemos el sentir de quedebemos orar, entonces debemos hacerlo de inmediato. Las circunstancias sólodeben ser un medio que nos lleve a la presencia de Dios para allí esperar en El;ellas no deben regir nuestra vida, y no debemos permitir que ellas nos impidanorar. Nuestra mente sólo debe servir para organizar nuestro sentir interior, elcual debe ser expresado en palabras; ella no debe ser donde se origine nuestraoración. La oración es la expresión del sentir interior que pasa por la mente,aunque no se inicia allí. La oración conforme a la voluntad de Dios es solamenteposible cuando estamos en armonía con Su voluntad. No es el ejercicio de forzara Dios a que complazca las emociones de los hombres. Si nuestras emociones no son disciplinadas, no podremos orar, ya que nuestras oraciones no podránhallar salida. Cada vez que estemos bajo el control de nuestras emociones,oraremos de una manera natural, según nuestros propios deseos, y nos serámuy difícil orar conforme a la guía interior. Por lo tanto, debemos tocar la llavede la oración. Cada vez que nos encontramos orando de manera ineficaz einfructuosa, debemos primero pedirle al Señor que nos dé Su luz y procurardescubrir cuál es la causa de que no hallemos respuesta. Al consultar con elSeñor, llegaremos al punto en que sentiremos que hemos obtenido algo, que ennuestro interior algo se activa, y escucharemos una suave y tierna voz que desde nuestro interior nos dice: “¡Eso es!” Cuando esto suceda, habremos encontrado la llave de la oración. A medida que usamos la llave para continuar orando, podemos tener la certeza de que Dios responderá nuestra oración.

En Isaías 62:6 dice: “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo eldía y toda la noche no callarán jamás”. Estos guardas son hombres de oración.Ellos tienen que vigilar permanentemente a fin de ver si algo sucede, y debengritar cuando algo ocurra. Un hombre de oración debe recordarle los asuntos alSeñor continuamente. Esta no es tarea de un individuo ni de unos cuantos; esnecesario que un grupo considerable de hombres ore de esta forma. “Todo eldía y toda la noche no callarán jamás”. Esta son compañías que velancontinuamente; juntos descubren algo, y juntos oran sin cesar a Dios “hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra” (v. 7). Debemos perseverar en oración hasta que el Cuerpo de Cristo sea edificado. Diosnecesita nuestras oraciones. El quiere que tengamos un espíritu de oración, unambiente de oración y la llave de la oración. Hermanos y hermanas,levantémonos de nuestra condición y aprendamos a orar. Busquemos la llave dela oración para que podamos satisfacer la necesidad de Dios hoy.

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